lunes, 10 de octubre de 2011
viernes, 5 de agosto de 2011
LOS CONCEJALES NOVO Y FILIPPA FORMALIZARON SU INCORPORACIÓN AL PARTIDO SOCIALISTA Y EL FAP
jueves, 28 de julio de 2011
Este Sábado Campaña de la Juventud FAP en la Plaza San Martín
VICTORIA DONDA en Moreno
DIPUTADA NACIONAL POR EL FRENTE AMPLIO PROGRESISTA
viernes, 15 de julio de 2011
miércoles, 15 de junio de 2011
La Manzana Podrida
Escrito por data - veintitres
Jueves, 02 de Junio de 2011 11:13
Ernesto Tenembaun, periodista de la revista Veintitrés, realizó un análisis de la figura de Hermes Binner donde analiza los rasgos que diferencian al gobernador provincial del común de los políticos actuales, tanto de la oposición como del oficialismo. Decidió no nombrar al funcionario rafaelino como una estrategia discursiva, pero sin dudas, habla del dirigente que la semana que viene, según dicen algunos, definirá si será candidato a presidente de la nación. Lee la nota textual.
Detalles Menores. La manzana podrida
Dicen que va invicto en todas las elecciones a las que se presentó en su provincia sin ser peronista. Y que se trata de una provincia grande, de tradición peronista.
Hay que frenarlo antes de que sea tarde. Yo sé por qué lo digo. Esas cosas empiezan pero nunca se sabe dónde terminan. El tipo tiene una insoportable cara de yo no fui. No le sacás una definición tajante ni que lo exprimas. Jamás va a aparecer en los títulos, porque no responderá ni cuando lo ataque –en una de sus tantas demostraciones de talento inigualable– el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Desde los tiempos de la Alianza que no aparecía alguien tan aburrido, insípido, educado.
Pero nada de eso es lo peor.
Dicen que va invicto en todas las elecciones a las que se presentó en su provincia –internas abiertas, cerradas, municipales, provinciales– sin ser peronista. Y que se trata de una provincia grande, de tradición peronista. Dicen que nunca tuvo una frase altisonante contra Cristina ni Néstor Kirchner, pero tampoco se convirtió a esa curiosa religión progre en la que todo aquel que critica al Gobierno es cómplice de todo.
Que construyó junto a su partido un sistema de salud pública como no hay otro en el país y otro de transporte público similar. Que su política social le da una base de apoyo muy sólida. Que no robó, no se enriqueció, que no hay ninguna denuncia en ese sentido contra el resto de sus partidarios, que a su alrededor no se escucha esa frase tan típica en los últimos tiempos por parte de personas impensadas, que se han resignado a tantas cosas: “¿Y qué querés? ¿Que hagan política sin plata? ¿Que sean pobres?”.
Que no intentó una reforma constitucional para reelegirse. Que fue a internas y ungió a un sucesor, o será que formó equipos. Que todo ese proceso lo hizo por medio de un sistema electoral novedoso que evita, hasta donde sea posible, el fraude. Que nunca financió una red de medios y periodistas para que lo defiendan de sus supuestos enemigos porque la plata, creen por allá, está para otra cosa.
Y que pese a todo eso, gana elecciones.
O sea, es un pésimo ejemplo.
Un gorila.
Está por demostrar, a punto de hacerlo, que se puede hacer política y ser eficiente sin necesidad de transar con mafias de todo tipo.
Y no porque vaya a ganar las presidenciales. Eso es imposible. Cristina está imparable. Gana caminando. El pueblo ya la compró. Además, ya lo conocemos –al pueblo–. No se detiene en detalles menores como la honestidad o la buena gestión.
Ni siquiera es peligroso porque vaya a presentarse.
Hay que pararlo porque es un mal ejemplo. Puede ocurrir que muchas personas saquen conclusiones equivocadas. Por ejemplo, que empiecen a pensar que entre los conservadores promercado de Macri y De Narváez, y la estructura del PJ clásico, con CFK y Scioli y los caciques de todo tipo, y las declaraciones juradas, y el Indec, y la Federal que mató, y el festival de subsidios a personas muy pero muy extrañas, y el sistema de salud pública y de transporte bien pero bien noventistas, entre esas dos opciones existe la posibilidad de construir algo distinto, que no sea sólo testimonial, y que haya demostrado la capacidad de gobernar la provincia y revalidar títulos una y otra vez. O sea: que todas las recomendaciones maquiavélicas de estos últimos veinte años, de que el fin justifica los medios, de que la mafia es condición imprescindible para gobernar, que la corrupción es casi-casi un hecho elogiable “porque así es el poder, ¿viste?”, podrían –eventualmente– estar puestos en tela de juicio. Y que entonces podría conmoverse la base misma de la identidad a la que, con tantas dificultades, nos aferramos estos años.
Por eso, pongámonos a revisar. Que los muchachos empiecen a trabajar duro. Algo hay que encontrarle: una amigo de un amigo que tenga un campo donde exploten gente, una foto con una mucama nigeriana, una cuenta falsa en el exterior –de esas que le tiramos por la cabeza a Olivera o a Juez–, o un juez amigo que lo engrampe con la droga. No importa que esto sea verdadero o falso. Lo que importa es que lo instalemos (y para eso no nos faltan amigos bien dispuestos en tantos medios de comunicación). El tipo parece tan puro que cualquier pequeña manchita se va a notar mucho. Ya lo dijo Beliz. No se puede entrar a un barrial con zapatitos blancos.
Es más: quizá podemos usar a un radical para lanzar la estocada. Al fin y al cabo ellos están más preocupados que nosotros.
Sé que no es ético lo que estoy proponiendo. Pero, ¿qué es la ética en política? No hay otra ética que la relación entre medios y fines. La cosa es así: nosotros estamos construyendo un país libre, donde las corporaciones y la derecha no manejen la Casa Rosada. Toda grieta que se abra es tremenda porque le hace el juego a la derecha. La honestidad de este tipo, la transparencia y la eficiencia que le reconocen hasta sus adversarios, nos ponen en tela de juicio a todos. Y por eso, son funcionales a las corporaciones, a la derecha, al capitalismo salvaje y a la década del noventa. Por eso, es necesario mancharlo. Porque, si todos los que peleamos poder estamos sucios, está claro que es condición sine qua non para pelear poder: estar sucios. Además, es la esencia argentina: el poder es sucio. La esencia uruguaya es que los dirigentes pueden ser honestos. Ellos nacieron así. Pero nosotros no. Todos chorean porque no tienen alternativa.
Busquémosle algo.
Es la única manera, porque ni siquiera podemos decir que es de derecha. La agenda parlamentaria de su gente no es un punto débil: apoyaron la ley de medios, la estatización de las AFJP, la asignación por hijo, el control de las prepagas, el matrimonio gay mientras que, al mismo tiempo, pedían la normalización del Indec, la democratización del Consejo de la Magistratura, el 82 por ciento móvil a los jubilados.
Hasta en eso nos pueden ganar: en su provincia, el tipo paga ese 82 por ciento móvil sin que haya ningún escándalo. Lo paga. Sólo para jorobarnos.
Y además, parece que todos viven en paz: nadie se odia con nadie, más allá de lo normal, se pueden discutir las medidas de gobierno sin que los disidentes se transformen en enemigos execrables.
O sea: hay que pararlo.
En el pasado no hay nada a la vista: no estuvo con Menem, ni con la Alianza, no tiene economistas neoliberales, no participó de las privatizaciones, vive en la misma casa.
Of. Va a ser difícil. Pero algo habrá.
Porque, aunque no gane –y no tiene ninguna posibilidad de ganar– genera preguntas incómodas.
Y, si algo no queremos, son preguntas incómodas.
Vamos en el tren de la victoria.
Las preguntas incómodas le hacen el juego a la derecha. Y a Clarín. Y a Techint.
Los enemigos son terribles.
La duda es, en este contexto, la jactancia de los intelectuales.
Y nosotros, de jactancia, no tenemos nada".
lunes, 13 de junio de 2011
Binner fue proclamado candidato y Morandini será su compañera de fórmula
lunes, 30 de mayo de 2011
DOCUMENTO COMITÉ DE ACCION POLITICA PARTIDO SOCIALISTA
Es prioritario para el Partido Socialista insistir en la construcción de un Frente Progresista. Como lo venimos sosteniendo desde hace años con nuestra práctica, es posible sumar, reconociendo la diversidad de opiniones, y a la vez respetando la identidad de los diferentes sectores políticos y sociales.
Esa construcción debe basarse en un Programa, que permita sostener diálogos y conseguir consensos, que apunte a la transformación del Estado, a fortalecer las relaciones entre el Estado y la sociedad, sin olvidar que nuestro principal objetivo es contribuir a mejorar la vida de las personas.
Lo que nos une, lo que nos cohesiona, es el programa. El programa brinda confianza a los ciudadanos y les permite controlar la acción de gobierno.
Nuestro programa debe ser algo más que una oposición al liberalismo conservador. Debe plantear no sólo qué hacer, sino también cómo hacerlo. Cómo avanzar hacia una Argentina que recupere el federalismo y el respeto a las autonomías e identidades regionales; con una profunda reforma política para dotar de transparencia al sistema electoral y a la tarea de gobernar; con un Consejo Económico y Social que institucionalice el diálogo con los distintos sectores de la vida nacional; hacia una Nación que destierre definitivamente las prácticas paternalistas y clientelares y garantice los derechos y la ciudadanía.
Como lo estamos haciendo en Santa Fe, el socialismo debe impulsar los valores de solidaridad, participación y transparencia y basar en ellos su acción social y política, con un gobierno cercano a la gente.
En especial, debemos prestar atención a los jóvenes, cada vez más protagonistas de los discursos políticos, pero no de las políticas públicas. Sobre nuestros jóvenes recaen más fuertemente las consecuencias de la exclusión. Por eso, los socialistas valoramos y alentamos la creciente politización y participación social y política de nuestros jóvenes, pero a la vez ponemos de manifiesto la necesidad imperiosa de políticas públicas universales con y desde la juventud.
La maravillosa experiencia de gobierno que hemos hecho en la ciudad de Rosario y en los últimos años en la Provincia de Santa Fe y en distintas localidades, nos demuestra que es posible concretar políticas progresistas. Progresismo es descentralizar el Estado e integrar el territorio. Es propiciar los canales y las transformaciones institucionales necesarias para que se concrete la participación popular a todo nivel. Es garantizar el acceso universal a la salud para toda la población. Progresismo es trabajar por el bienestar docente y jerarquizar su tarea. Es hacer realidad el 82% móvil para nuestros jubilados. Es sostener Comités Mixtos de Salud y Seguridad en el Trabajo. Progresismo es desarrollar nuestra producción a partir de las cadenas de valor y alentar la industrialización cerca de los lugares de producción primaria. Es igualdad de derechos y oportunidades entre varones y mujeres.
Progresismo es hacer posible una justicia accesible, pacificadora y transparente. Es lograr mayor seguridad removiendo las causas que generan violencia y neutralizar sus efectos a través de un sistema policial eficaz. Progresismo es poner en relación a la educación con la producción, a la salud con la cultura, a la obra pública con la inclusión social. Es cultura para todos en todo el territorio. Es proteger el ambiente y promover la convivencia. Es darles el espacio y la palabra a los niños. Progresismo es trabajar por los derechos de los miles de jóvenes que no estudian ni trabajan, condenados a vivir sin posibilidad de construcción de futuro. Son los propios jóvenes participando del gobierno.
Progresismo es defender el derecho de acceso a la información pública. Es hacer realidad el ingreso por concurso a todos los cargos públicos y la carrera administrativa. Es haber implementado de forma confiable la boleta única para terminar con las trampas electorales. Es respetar a las minorías y defender a los pueblos originarios. Es luchar por un régimen impositivo justo. Progresismo es gobernar pensando en las próximas generaciones.
El socialismo se asienta en valores, y esa es una de las mayores fortalezas de una construcción progresista. Buscamos un cambio, pero no en cualquier sentido: un cambio hacia adelante para lograr mayor igualdad, mayor autonomía de las personas e inclusión social.
Por eso el socialismo sostiene - y este aprendizaje es parte de nuestra historia- que las sumas resultan buenas sólo si tienen una coherencia de objetivos y de los métodos utilizados para alcanzarlos.
No descalificamos la forma de pensar de otros sectores políticos, que representan una porción respetable del electorado, pero sabemos que no todos forman parte de un espacio progresista. Nuestro partido debe cumplir un rol positivo en la construcción de un Frente Progresista, tomando como ejemplo lo logrado en Santa Fe y los acuerdos sostenidos en distintas federaciones con la UCR y con otras organizaciones políticas y sociales que comparten estos valores.
PARTIDO SOCIALISTA
28 DE MAYO DE 2011